Peepshow, de Joe Matt: el exhibicionismo de una vida patética
Se publican por primera vez en castellano las historias autobiográficas con las que inició su carrera uno de los autores más patéticos, amorales, honestos y divertidos que conocemos. Bienvenida sea la edición de Peepshow, pues nos permite descubrir partes de la obra de Joe Matt que desconocíamos.
Joe Matt no es precisamente una persona ejemplar. Más bien todo lo contrario. Por eso no deja de resultar llamativo que sus obras obtengan una más que notable aceptación, tanto entre el público underground como en la crítica. Incluso ha llegado a ser nominado a varios premios Harvey con sus pequeñas historias protagonizadas por él mismo y sus miserias, presentadas con el clarificador y acertado nombre de Peepshow, que es como se llama este libro que recoge sus primeras páginas autobiográficas. Más tarde esta denominación sirvió también para la serie de tebeos, igualmente centrados en su vida, que publicó entre 1992 y 2006. Y decimos lo de acertado porque peep show es un concepto que abarca la exposición de fotografías, objetos o personas a través de un pequeño agujero o lente de aumento, pero que habitualmente se refiere a un espectáculo erótico o sexual seguido por uno o varios espectadores. Es decir, exhibicionismo y voyerismo juntos en una misma cosa.
Y, de cierta manera, esto es lo que hace Joe Matt en sus historietas: exhibirse de un modo casi confesional, mostrarse como una persona miserable, un vago tacaño que es adicto al porno y que se masturba compulsivamente. Alguien que llega a niveles de patetismo inimaginable para la mayoría de las personas, un ser despreciable que puede llegar a producir vergüenza ajena. Pero a quien se le coge, curiosamente, un cierto cariño al leer sus historias. No sabemos si es por pena, compasión o admiración. Pero así es.
Conocíamos a este autor, nacido en Philadelphia pero residente en Canadá durante casi quince años, desde hace tiempo, con la publicación, primero por la Factoría de Ideas, y posteriormente por parte de La Cúpula, de varios de los escasos títulos que su desidia le permite terminar. Al acercarnos a las páginas del agridulce Pobre cabrón o del melancólico Buen tiempo nos convertimos en espectadores del triste espectáculo que resulta ser su vida, de la que no tiene reparos en contarnos hasta el más íntimo episodio, y en la que profundizamos años después con la edición, por parte de Fulgencio Pimentel, de Consumido.
Hace pocas semanas, y gracias de nuevo a la cuidadosa y apreciada editorial riojana, llegó a nuestras manos esta obra, anterior a todas las demás (son 96 páginas dibujadas entre 1987 e 1991) y en la que podemos encontrar a un interesante Joe Matt, desconocido e inédito hasta el momento. Con una construcción de página menos clara y limpia de lo que nos tiene acostumbrados vemos a un artista más experimentador, que llega por momentos al horror vacui realizando páginas con más de noventa viñetas y que se atreve con desafíos formales. Asistimos así mismo a las primeras apariciones de muchos de los personajes reales que conocíamos de sus otras obras: su ex-moza Trish, su amigo de la infancia Dave o el primer encuentro con sus amigos y también historietistas Seth (quien, por cierto, firma el epílogo de este cómic) y Chester Brown.
El patetismo de Matt, junto con el extraño humor con el que presenta sus pedacitos de vida, nos remite directamente a uno de sus ídolos: Robert Crumb, toda una notable influencia y, quizás, el primer gran autobiógrafo comiquero, con quien comparte ciertas obsesiones con el sexo, el género femenino o su educación católica.
Así pues, ya sabéis, si ya conocéis su obra este título os va a resultar más que interesante. Y si no es el caso aquí podéis encontrar a alguien que os suba la autoestima en momentos bajos.
Peepshow
Joe Matt
Fulgencio Pimentel
Tomos: 1