El rastreador: un thriller de acción que no se olvida fácilmente
01/09/2015
Celebramos reincorporar El rastreador a los fondos permanentes de Komic Librería, un título emblemático del que sin lugar a dudas es nuestro autor japonés favorito: Jiro Taniguchi.
Publicado originariamente en Japón en el año 2000 y por primera vez en España en 2006 de la mano de Ponent Mon, es reeditado ahora reduciendo un poco el tamaño y una décima parte su precio, algo que se agradece en los tiempos que corren.
Jiro Taniguchi se aleja en El Rastreador de su faceta más metafísica y sensible de obras como Barrio Lejano o Cielos Radiantes, planteando un thriller de acción con mucha tensión argumental. Utilizando escenarios y temas recurrentes en muchos de sus manga, así como un arquetipo de protagonista que ya nos resulta familiar (un hombre maduro con muchos principios y muy seguro de sí mismo), el autor dosifica con maestría acción y reflexión a la vez que nos muestra dos mundos antagónicos, lo que percibimos como una significativa carga simbólica.
Takeshi Shiga es un alpinista de élite que desde hace años vive retirado en un refugio de montaña que administra. Un día recibe una inquietante llamada desde Tokyo. Yoriko, la esposa de un amigo y compañero de escalada, le pide ayuda alarmada por la desaparición de su hija adolescente Megumi. Shiga acude con urgencia a la ciudad, se siente obligado a velar por la seguridad de la chica ya que, cuanto ella tenía tres años, su padre murió congelado en mitad de una violenta tempestad en el Himalaya.
Nuestro hombre da comienzo así a una investigación que lo llevará desde el colegio de Megumi, donde se entrevista con sus profesores y compañeras, hasta los barrios de diversión de los jóvenes urbanitas; desde la comisaría donde habla con el policía encargado de la investigación hasta los despachos de una gran corporación porque hacia allí lo conducen sus pesquisas. Pese a que es un hombre de enorme entereza y aplomo nosotros, como lectores, sabemos que el tiempo apremia y corre en su contra, y que esto provoca en Shiga una intranquilidad que se nos contagia y hace que leamos la obra con avidez esperando que los acontecimientos le sean favorables, que la balanza se incline a su favor y alcancemos, junto con él, algo de sosiego.
Por esto, por un desenlace hacia arriba en el que nuestro protagonista tendrá que someterse tanto física como mentalmente a una prueba que supera los límites de lo humano, y por el caudaloso torrente de emociones y reflexiones que nos ha provocado, El Rastreador es una obra que no se olvida fácilmente. Nosotros os recomendamos que no olvidéis este nombre: Jiro Taniguchi.
El rastreador (Nueva edición)
Jiro Taniguchi
Ponent Mon
Tomos: 1
, el autor dosifica con maestría acción y reflexión a la vez que nos muestra dos mundos antagónicos, lo que percibimos como una significativa carga simbólica.Takeshi Shiga es un alpinista de élite que desde hace años vive retirado en un refugio de montaña que administra. Un día recibe una inquietante llamada desde Tokyo. Yoriko, la esposa de un amigo y compañero de escalada, le pide ayuda alarmada por la desaparición de su hija adolescente Megumi. Shiga acude con urgencia a la ciudad, se siente obligado a velar por la seguridad de la chica ya que, cuanto ella tenía tres años, su padre murió congelado en mitad de una violenta tempestad en el Himalaya.Nuestro hombre da comienzo así a una investigación que lo llevará desde el colegio de Megumi, donde se entrevista con sus profesores y compañeras, hasta los barrios de diversión de los jóvenes urbanitas; desde la comisaría donde habla con el policía encargado de la investigación hasta los despachos de una gran corporación porque hacia allí lo conducen sus pesquisas. Pese a que es un hombre de enorme entereza y aplomo nosotros, como lectores, sabemos que el tiempo apremia y corre en su contra, y que esto provoca en Shiga una intranquilidad que se nos contagia y hace que leamos la obra con avidez esperando que los acontecimientos le sean favorables, que la balanza se incline a su favor y alcancemos, junto con él, algo de sosiego.Por esto, por un desenlace hacia arriba en el que nuestro protagonista tendrá que someterse tanto física como mentalmente a una prueba que supera los límites de lo humano, y por el caudaloso torrente de emociones y reflexiones que nos ha provocado, El Rastreador es una obra que no se olvida fácilmente. Nosotros os recomendamos que no olvidéis este nombre: Jiro Taniguchi.El rastreador (Nueva edición)Jiro TaniguchiPonent MonTomos: 1 "Compartir en Facebook")
