Tóxico, La colmena y Cráneo de azúcar, de Charles Burns: un rompecabezas en forma de trilogía
08/06/2015
Con la publicación, hace unas semanas, de Cráneo de Azúcar, el ilustrador, diseñador gráfico e historietista estadounidense Charles Burns completa la trilogía que comenzó en 2011 con Tóxico y prosiguió en 2013 con La colmena. Los tres volúmenes conforman un magistral rompecabezas que engancha y fascina a partes iguales, confirmando la maestría de Burns para construir historias en las que mezcla el realismo más descarnado y crudo con inquietantes situaciones oníricas o surrealistas.
Charles Burns, a punto de llegar a los sesenta años, recupera las primeras lecturas que le fascinaron de pequeño, los álbumes de Tintín, como inspiración e la hora de crear un absorbente y desasosegante universo que podemos calificar, con matices, de inteligente secuela para su aclamada obra maestra Agujero Negro.
En la compleja estructura del relato, en el que se entrelazan el aparente mundo real y una alternativa pesadilla kafkiana, aparecen múltiples cuestiones que sin duda tocarán profundamente a sus lectores y lectoras a medida que vayan penetrando y comprendiendo lo que este artista de culto quiere transmitir.
Su argumento gira alrededor de Doug, un chico que de vez en cuando realiza extrañas performances poéticas bajo los seudónimos de Nitnit (el nombre al revés del reportero belga) o Johnny 23. Lo encontramos convaleciente, desmemoriado y frágil, y al mismo tiempo vemos como su alter ego aparece perdido en un lugar extrañísimo (una aldea de Oriente próximo poblada por seres bizarros de costumbres aún más raros). Este mundo alternativo funciona como un espejo de su realidad. Esto lo podemos apreciar en las portadas de los tres álbumes, en los que, imitando las carátulas típicas de las aventuras de Tintín, aparece siempre Doug pero en los irreales escenarios por los que transita su trasunto subconsciente.
Poco a poco, a medida que avanzamos por sus páginas, iremos descubriendo los motivos que llevaron a Doug a esa situación, la relación con su padre, sus historias de pareja, su incapacidad para encontrar la felicidad y, sobre todo, el sentimiento de culpa por algo que no entendemos hasta las últimas viñetas de esta trilogía. Estos temas vitales y existencialistas aparecen tratados con el nihilismo habitual de este autor.
Estamos, pues, ante una obra magnética y fascinante en la que además el atractivo e impactante dibujo en blanco y negro de Charles Burns se ve complementado por un poderoso y llamativo colorido.
Tóxico
Charles Burns
Reservoir Books
Tomos: 1
La colmena
Charles Burns
Reservoir Books
Tomos: 1
Cráneo de azúcar
Charles Burns
Reservoir Books
Tomos: 1
 o Johnny 23. Lo encontramos convaleciente, desmemoriado y frágil, y al mismo tiempo vemos como su alter ego aparece perdido en un lugar extrañísimo (una aldea de Oriente próximo poblada por seres bizarros de costumbres aún más raros). Este mundo alternativo funciona como un espejo de su realidad. Esto lo podemos apreciar en las portadas de los tres álbumes, en los que, imitando las carátulas típicas de las aventuras de Tintín, aparece siempre Doug pero en los irreales escenarios por los que transita su trasunto subconsciente.Poco a poco, a medida que avanzamos por sus páginas, iremos descubriendo los motivos que llevaron a Doug a esa situación, la relación con su padre, sus historias de pareja, su incapacidad para encontrar la felicidad y, sobre todo, el sentimiento de culpa por algo que no entendemos hasta las últimas viñetas de esta trilogía. Estos temas vitales y existencialistas aparecen tratados con el nihilismo habitual de este autor.Estamos, pues, ante una obra magnética y fascinante en la que además el atractivo e impactante dibujo en blanco y negro de Charles Burns se ve complementado por un poderoso y llamativo colorido.TóxicoCharles BurnsReservoir BooksTomos: 1La colmenaCharles BurnsReservoir BooksTomos: 1Cráneo de azúcarCharles BurnsReservoir BooksTomos: 1 "Compartir en Facebook")
